TUTORIAL II - 2ª PARTE: TRANSFERENCIA DE IMÁGENES EN ARCILLA POLIMÉRICA

Retomamos el tutorial donde lo dejamos. Se supone que ya tenemos todos los materiales necesarios para empezar, así que manos a la obra. Una última consideración, si no tenéis laminadora podéis usar el rodillo (ya habéis visto que el mio es casero) y para conseguir una lamina uniforme ponemos algo que nos sirva de tope en ambos lados del rodillo. Ahora si que empezamos.


Para empezar cortamos un trozo de arcilla polimérica de la marca Kato (ya hablamos en la primera parte del tutorial de la importancia en la elección de la marca de la arcilla).
Amasamos el trozo de arcilla, cortamos un trozo generoso, ya que luego la que nos sobre la utilizaremos en posteriores transferencias.

Como veis yo trabajo siempre sobre una superficie uniforme. Podéis trabajar sobre la superficie que queráis, pero para que nuestros trabajos no se alteren, lo ideal es un azulejo, un cristal, ...


Ayudándonos del rodillo, extendemos un poco la arcilla para facilitar el trabajo de la laminadora. Este sería el punto, en el que si no tenéis laminadora, podéis dejar la lamina de arcilla lisa y del grosor que queráis  eso si, el trabajo con la laminadora queda mucho mejor.

Para los que no hayan utilizado la laminadora, la operación es muy fácil:, ajustamos la laminadora para conseguir el grosor de la arcilla que queramos, en este caso por ser para unos pendientes yo lo puse en la posición 1, solo tenéis que probar y elegir el grosor que queráis para vuestros trabajos.

Una vez lista la lámina y elegida la imagen que queremos transferir, podemos cortar la arcilla con el tamaño que va a tener la pieza una vez acabada. Yo transferí una imagen redonda, por lo que escogí un cortador de un tamaño similar al de la imagen.


Aquí veis el resultado de como la imagen se ajusta al tamaño que he cortado. Se podría transferir y después cortar, pero como la arcilla que sobra del corte la vamos a aprovechar en próximas transferencias, pues al cortar antes no dañamos esa arcilla sobrante.


Colocamos la imagen hacia abajo y encima de la pieza de arcilla. Pasamos varias veces el rodillo sin deformar la pieza. Y después cogemos una tarjeta de plástico que no usemos y la pasamos también sobre el papel. Ambas cosas las hacemos para que la imagen quede bien fijada a la arcilla. Si hacemos esto, la imagen transferida quedará perfecta.

Una vez que hemos fijado la imagen, llega el paso más importante y más delicado. Yo he visto en algún que otro foro o blog que hacían este paso con un pulverizador de agua, pero si nos mojamos el dedo controlamos mucho mejor la cantidad de agua que ponemos en el papel. Así es como yo lo he hecho y los resultados han sido muy buenos.

 Llenamos un recipiente que no utilicemos en la cocina con agua, y nos mojamos el dedo. Pasamos el dedo mojado por encima del papel, para retirarlo. Mojaremos el dedo tantas veces como creamos necesario sin aguar demasiado el trabajo, es mejor ir poco a poco. Vamos retirando el papel, que al estar mojado, se va deshaciendo como en capas. A medida que el papel desaparece vemos que la imagen queda transferida en la arcilla, insisto en lo de que vayamos poco a poco, porque si lo hacemos rápido, nos podemos llevar la imagen con el papel. Por eso es tan importante que fijemos la imagen previamente con el rodillo y con una tarjeta y luego vayamos retirando el papel mojado poco a poco. A medida que hagáis transferencias iréis cogiendo soltura en este paso.

Una vez transferidas la imágenes, metemos las piezas al horno siguiendo las instrucciones de tiempo y de temperatura del fabricante, dependiendo de la arcilla que usemos.

Hasta aquí esta parte, en la 3ª y última parte hablaré de los posibles acabados y los resultados obtenidos.

Como os dije, os voy a poner el enlace de la primera parte para que no tengáis que estar buscándolo  para acceder pulsa en la imagen.


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